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La paz de su mirada y la seguridad de sus brazos. La luz de su sonrisa y la música de su voz. La danza en su caminar, la tranquilidad de su hablar, el perfume de su piel y la suavidad de sus caricias. Su rostro, tan hermoso como la luna. Su cuerpo, tan protector, sus manos, tan dulces y decididas.
Como podrías rechazarlo? Si con sus ojos te transporta a aquel mundo soñado…
Como podrías rechazarlo? Si él es lo que por tanto tiempo estuviste esperando…
Como podrías rechazarlo? Si cuando estas con él todo es más fácil, más liviano…
El es tu luz, tus manos, tu alma, tu mundo, tu melodía, tu sol, tu luna, tus estrellas, tus nubes, tu cielo, tu mar, tu océano, tu risa, tus caricias, tus palabras, tus sueños, tus metas, tu camino, tu suelo, tu historia, tu vida…
Y en esta historia que de a poco fueron armando… TANTA MAGIA HABIA! Esos recuerdos imborrables, las noches en la playa, las risas y las caricias…
En cada beso entregaban su alma, la fundían en una sola, para ser ETERNAMENTE uno.
Cada paso llevaba el nombre del otro y la UNICA intención de acortar las distancias que los separaban para estar juntos POR SIEMPRE!
Y de a poco te diste cuenta que ya no podías vivir sin él, que vivías por esa persona, solo por él, y por nada más.
Tus sueños llevaban su marca gravada a fuego, era él y solo él la razón por la que luchabas día a día, sin cansancio y hasta el fin.
Lo que nadie llego a saber fue el porque del día en que el apareció con una flor en la mano y lagrimas en los ojos, diciendo adiós, abandonando para siempre toda la historia de amor, acabando para siempre con tu corazón. Lo único que dijo fue que todas esas cosas hermosas de vos iban a quedar para siempre en su corazón y te dejo allí parada, en la puerta de tu casa, con el corazón hecho trizas y el mundo cayéndote encima.
Siempre te preguntaste cual fue tu error, que fue lo que paso para que el decidiera abandonar aquel mundo mágico, cual fue el motivo por el cual el te dejo allí, sin mas que una rosa y un recuerdo.
Hoy volvés a leer aquel libro que los dos escribieron juntos, donde relataron cada detalle de los días vividos, cada sensación, cada segundo, cada mirada, cada palabra. Y te das cuenta que esa fue la mejor historia que jamás se va a volver a repetir, porque la viviste en carne y hueso, vos fuiste la protagonista de aquellos días que quedaron muy atrás, que las personas ya no recuerdan y de nuevo el dolor de aquella despedida toca tu corazón y hace que las heridas del adiós vuelvan a abrirse, dejando a la vista aquella ultima imagen que pudiste tener y guardar de esa persona que fue y seguirá siendo por siempre el único amor de tu vida, aquellas lagrimas que en sus ojos florecían, y aquella rosa, ahora marchita, que traía en sus dulces manos y a la cual le encomendó cuidarte por siempre y para siempre, como el debería haber hecho pero que nunca pudo cumplirlo.